martes, noviembre 06, 2007

la historia de batallas va avanzando, algunos episodios

Los refuerzos iban llegando al fuerte. Sólo se veían algunos estandartes. La negra sustancia encontraba en el fuerte su centro.
Algunas avanzadas acechaban tras las rocas. Tenían la misión de volatilizarse para encontrar la procedencia del refinamiento de esa negra sustancia. Para eso debían atravesar las murallas de la ciudad oculta.


Tras la roca, que regaba generosamente los cultivos, aparecían las regadoras y cuidadoras. Perpetuaban las historias. Se sacrificaban con orden. Entre ellas se comunicaban con fluidez.



Todo el fruto de sus movimientos los volcaban en el transformer-procesador, que dentro de sus circuitos transmutaba la cosecha de flores negras.
Lejos estaban los tiempos en que la furia del cielo había consagrado a la Dalia oscura. Ya se sabía, se había multiplicado y reproducido. Ahora, era su orden.

sábado, septiembre 22, 2007

CARLOS NUNES presenta

Llegada al fuerte
fragmento de pintura en rollo de 0.60 m x 16 m

Maria Ibañez Lago.

E suas histórias.

Eu uma vez disse a Maria que seus desenhos e pinturas me faziam recordar a minha infância na Escola Waldorf, as cores suaves e ao mesmo tempo fortes, as construções geométricas não muito geométricas e os personagens que parecem que estão em conto.

Hoje eu posso dizer que mais ainda me lembra a infãncia, mas agora são as histórias que algum dia escutei.

Maria agora pinta e desenha em rolo, são metros e metros de uma grande tela que se desenrola de um lado para enrolarse do outro, e nesse meio tempo uma história se passa.

São histórias vindas de algum lugar. Maria tem um processo de trabalho mediúnico, as histórias não tem um roteiro fechado, ela deixa que as histórias aconteçam sem se preocupar com a rasão, para que cada um de nós reconheça nelas as suas e las imagine. Pode ser a epopéia de um povo ou um conto fantástico com personagens e signos em uma narrativa horizontal.

Para se desfrutar do trabalho de Maria é necessário tomarse um tempo, o tempo da narração, o tempo de escutarse uma boa história. Um universo para se entregar a imaginação. Um livro sem páginas nem palavras.

sábado, junio 16, 2007

Otras pinturas y dibujos

Torres - personas

Ojos - ventanas

Fuego y agua los habitantes
























Casas en islas en llamas en círculos de agua






LO QUE SE MUESTRA LO QUE SE VE





Leandro Tartaglia
Lo que se muestra, lo que se vé
Galería Crimson, 2006






1 - Neue Palais de Postdam, Alemania, 14:00 h.

Una pieza importante es exhibida: muchas personas miran una pintura expuesta, aislada. Alguna de todas esas personas desea levantar una de sus manos e intentar tocar la obra. Tal vez para hacerla más visible, tal vez para completarla.

La obra mostrada es Incredulidad de santo Tomás de Caravaggio (1559). En un detalle vemos el dedo índice de santo Tomás atravesando el cuerpo resucitado de Cristo. La mirada del personaje no está sobre el cuerpo; está, hacia fuera de la imagen, perdida. Que el dedo compruebe aquello que la mirada no cree.

2 - Galería Crimson, Buenos Aires 2006.

“El alma que te habita es también la mirada del cielo que te incluye” Olga Orozco.

Claroscuros, arquitecturas, cuerpo, piel, espacio. Hacia adentro o hacia fuera. Parados en un puente que une las dos obras: la piel. Vamos a transitar ese puente con nuestro ojo-dedo, que comprobará cada uno de los pasajes, cada uno de los hechos, en cada imagen, en el recorrido que traza la muestra; entrando a veces en la transparencia que deja ver una casa desde la cual se proyectan llamas, y en otros casos la superficie rígida, tersa, palpable. La superficie es atravesada al mirar. Rebota y refleja una mirada siendo mirada. Las piezas muestran lugares, a veces tapados por tierra, otras veces escondidos en arquitecturas.

Entrada: el espectador mira. Salida: él, que mira, se ve, mientras camina de cuadro en cuadro, en presencia del reflejo, a través de la mirada de otro. El espectador es quién atraviesa esta fina capa de piel en cada una de las imágenes, sin que importe ya a quién pertenece. Solo, indagando, con el ojo-dedo que intenta medir el brillo, las luces, el espesor, las figuras. No importan las ventanas, porque en ellas nunca hubo vidrios. Importan las aberturas que nos conducen por cada superficie, llevando la información de cada centímetro cuadrado. Se puede mirar con el cuerpo. Porque el espacio surge de la forma, la acompaña, la decora. El cuerpo es el volumen que determina el resto del mundo, es aquello que está siendo mirado. Aquello que en el acto de pintar se comprueba, se palpa. El cuerpo-casa donde el aire de la respiración conecta los espacios (exterior-interior) o el cuerpo constituyendo una mirada sobre la historia del arte. Tanto una como la otra mirada dan cuenta de una distorsión rodeando al cuerpo. Ese ruido es creado por el modelo: la reproducción. En una, a partir de cuadros históricos; en la otra de manuales de anatomía, dándole a las piezas de esta muestra una relación simultánea de cercanía y distancia de aquello que se mira.

Mari observa imágenes clásicas donde se representa la mujer (Ofelia, Magdalena, Narcisa, Eva) y las atraviesa, haciendo que su mirada acerca de la historia del arte se vea en cómo las representa. Sus personajes están iluminados y tratados de manera que se reflejen separados del mundo que los rodea. Un mundo que los cruza y que los mira. Vemos que se contemplan cosas pequeñas, detalles; se habla con los objetos a partir de la observación.

Ibáñez Lago determina el cuerpo-casa como una arquitectura transparente, desde la que todo se proyecta. Los colores y las formas se originan allí. La luz se vierte desde el interior del cuerpo, creando en la imagen un centro, relacionando el adentro con el afuera; dándole valor al vacío contenedor, a la posibilidad de que éste se llene y se vuelva a vaciar. Y así se extiendan, los límites del cuerpo más allá de su forma.

Cada una ilumina desde diferentes lugares, una sobre los cuerpos, la otra desde los cuerpos; la piel atravesada comprueba la mirada sobre la historia del arte o sobre el cuerpo como casa. Y los movimientos se vuelven circulares; el flujo se desplaza por la superficie y el fondo, moviéndose lentamente sobre esa mirada que mira y observa, palpando con detenimiento y detalle, al individuo espiritual e histórico.

Leandro Tartaglia, Octubre 2006.